Cuando los alumnos no han podido salir al recreo o llegan de alguna clase que los ha mantenido fuera de su aula habitual, se encuentran más excitados que de costumbre y resulta difícil retomar el control del grupo. En estos momentos, lo fácil y poco educativo sería caer en los gritos o las amenazas para captar su atención.
Compartimos con vosotros algunos sencillos trucos para evitarlo: podéis utilizarlos para bajar las pulsaciones del ambiente y retomar la actividad normal de clase. ¡Allá vamos!
Actividad 1: Cerramos los ojos… ¡respiramos!

Objetivo de la actividad: Ser conscientes de la respiración propia para acompasarla a una melodía lenta y relajante.
Actividad 2: ¿Lo oyes?
Escoged un instrumento de percusión (como el triángulo, el tambor, o la pandereta) y pedidle a vuestros alumnos que levanten la mano mientras que escuchan el sonido que emite al ser golpeado. Id disminuyendo progresivamente el ruido de la percusión hasta que resulte casi imperceptible. Podéis utilizar también palmadas si no disponéis de un instrumento en clase.Objetivo de la actividad: Centrar la atención de los alumnos a través del sentido del oído.
Actividad 3: ¡Sígueme!

Lo más importante es que no se emita ningún sonido que pueda resultar molesto y distraiga durante la actividad, y que los alumnos vayan incluyéndose al grupo para recuperar la atención y la concentración en la clase.
Objetivo de la actividad: Captar la atención del grupo en conjunto a través de la gestualidad y de la consciencia sobre el propio movimiento.
Actividad 4: Recitamos un poema

Podéis utilizar un poema sencillito de García Lorca, como “El lagarto está llorando”, “Canción tonta” o “Caracola”.
Objetivo de la actividad: Retomar la atención de la clase a través de la sonoridad y la repetición conjunta.
Tema extraído de la página EDUCACIÓN 3.0
Desde mi experiencia, también podemos usar distintas consignas, coletillas, fáciles de recordar por los alumnos/as, por ejemplo, la seño levanta un brazo y cuando los alumnos/as se den cuenta tendrán que levantar también el brazo y quedarse en silencio. Otro ejemplo sería una retahíla que le resulta muy motivadora a mis alumnos/as: Tapa, tapita, tapón (cerrando después la boca y quedándose en silencio)
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